MINI COOPER D CABRIO AUT.

Hola de nuevo, amigos de Mundomotorweb, hoy os invito de nuevo a que conduzcáis conmigo. La prueba de ésta semana la he realizado con un cabrio alemán de origen inglés, el Mini Cooper D Cabrio automático de 116CV. Ésta es la versión descapotable del Mini de tres puertas y la tercera de su generación. Su techo es de lona en color negro y de accionamiento completamente automático y su interior es de cuatro plazas, aunque las dos plazas traseras son algo escasas y prácticamente inservibles para un adulto. En definitiva, un modelo pensado para dos personas. El precio para este modelo arranca en unos 25.200 €, aunque la unidad que he probado asciende a unos 29.000 €, eso sí, con extras como el cambio automático, pintura metalizada Melting Silver, interior en cuero Chester Malt Brown, Mini Head-Up Display, etc.

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Fecha: 01/07/2016.
Vehículo: MINI COOPER D CABRIO AUTOMÁTICO 116 CV.
Kms realizados: 500.
Recorrido: de Madrid a Valencia, autopista y un tramo final de ciudad. (Puerto de Valencia – Transmediterránea).
Climatología: Despejado 28º.

PARA COMPRAR CON EL CORAZÓN Y NO CON LA RAZÓN

 

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El Mini Cooper Cabrio D viene muy bien equipado de serie (ver equipamiento), pero dispone de multitud de opciones de personalización como en esta unidad que he podido probar, a destacar entre ellas son el cambio automático, dispositivo de alarma con mando a distancia, líneas interior y exterior cromadas, deflector de viento, calefacción en los asientos delanteros, Mini Head-Up Display, llantas de aleación 17” modelo Propeller Spoke en 2 tonos… y así unas cuantas opciones más.

Un vez accedemos a su interior destaca la gran calidad que se percibe en el habitáculo. En cuanto al diseño se aprecian pocas modificaciones con una disposición de los mandos poco ergonómica en la que prima el diseño por encima de la funcionalidad, con multitud de pulsadores de tipo aeronáutico. Los asientos de cuero marrones (opcionales) son muy cómodos y su ajuste es manual, pudiéndose poner eléctricos como opción. A favor destaca el limitador de velocidad el cuál se puede aumentar o disminuir los kilómetros de uno en uno pulsando su correspondiente botón en el volante, o bien, de diez en diez pulsando más intensamente éste mismo botón, ya que no todos los vehículos lo permiten. Tanto en el cuadro de instrumentos como en la consola central, tenemos prácticamente toda la información del modelo necesaria para no perder de vista la carretera, como consumo medio y real, velocidad digital, temperatura exterior, control de temperatura de aceite, emisoras de radio o mp3 seleccionado, indicaciones del navegador, etc. y desde el volante multifunción regulamos, por ejemplo, el sistemas de entretenimiento, control de crucero, la radio, el sistema de manos libres del teléfono, etc.

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Sin embargo, la consola central situada entre conductor y pasajero (navegador multimedia) llega a distraer la conducción por su ubicación, así como la posición de luces posición, cruce y las luces antiniebla delanteras y traseras, ubicadas justo debajo del volante en el lado izquierdo, facilitando poco al conductor su activación. Lo que le salvaría es dejar las luces en la posición «auto» y no tener que preocuparnos en ponerlas, no así para las antiniebla, que, sí o sí tendremos que activar manualmente. El nivel de aislamiento acústico de la capota de lona es bastante reducido. No en vano, sólo tiene una única capa de lona con lo que se escucha bastante el ruido del viento. El acceso al mechero lo encuentro algo escondido entre toma USB y toma AUX, frente al pomo de la caja de cambios automática.

El maletero tiene 215 litros de capacidad cuando el techo está sobre la carrocería y 160 cuando aloja parte del techo, es decir, descapotado. Los asientos posteriores son abatibles (en dos partes) lo que permite aumentar el espacio de carga si es necesario. Vamos, lo justo para una mini maleta y poco más.

Pues bien, ahora nos toca probarlo. ¡Vamos allá!

Pulsamos el botón Start/Stop característico rojo de arranque… y ponemos rumbo a Valencia. El nuevo Mini Cabrio ofrece un habitáculo muy espacioso. La posición de conducción también ha mejorado con respecto a su predecesor, gracias a que el asiento del conductor se puede situar más cerca del suelo. El día soleado de Madrid me invita a salir con el Mini descapotado, hasta coger la carretera, dónde capotamos el Mini para probarlo en autopista y comprobar su comportamiento. La capota tiene dos niveles de apertura. Por una parte, es posible descubrir únicamente una sección de 40 centímetros (a modo de techo corredizo) y por otra, se puede plegar por completo y guardarlo en el maletero. Para aumentar el confort cuando se circula descapotado, hay un nuevo deflector de serie (más ligero y fácil de poner, opcional) que anula la posibilidad de llevar pasajeros en las plazas posteriores. El ajuste de la capota parece preciso y los materiales de que está hecha, de calidad. Cuando se pliega, la parte que sobresale por encima del maletero limita mucho la visibilidad hacia atrás por el retrovisor central. El proceso de apertura y cierre se completa muy rápido, según los datos de Mini en tan sólo 18 segundos, aunque la verdad, no lo he cronometrado, y se puede hacer con el coche en movimiento hasta una velocidad de 30 km/h. Desde fuera, se puede hacer pulsando un botón que hay en el mando a distancia, muy práctico por cierto.

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Tiene una caja de cambios automática de 6 velocidades (opcional) con la cual podemos combinar en modo secuencial, aunque a mí me resulta más interesante su conducción en modo auto. Sus consumos durante mi prueba fueron de unos 5 litros en ciudad y de unos 4 litros en carretera, aunque en el momento de darme una alegría en Autovía su consumo se incrementaba hasta los 7 litros. Su tamaño, mayor que el modelo al que reemplaza tiene unas dimensiones de 3,82 metros de longitud, 1,73 metros de anchura y 1,42 metros de altura muy práctico para cuándo nos tenemos que mover por ciudad, sin ir más lejos, a mi llegada a Valencia, por alguna que otra calle estrecha he ideal para aparcarlo.

Destaca porque su motor da un empuje notable, si se pisa a fondo el acelerador en marchas cortas. Su conducción es muy suave y deportiva, respondiendo en todo momento a cada una de las rectas, curvas o subida de puertos con el nervio que le caracteriza con sus 116 CV, que están fenomenal para salir de algún apuro. Su suspensión es muy suave y agradable notando mínimamente los baches he irregularidades de la carretera y ciudad. Su chasis se mostró simplemente impecable, y en las zonas más reviradas ofrece una estabilidad pasmosa.

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Mi conclusión. Éste es un coche “de capricho” de esos que se compran con el corazón y no con la razón. Si el placer de conducción y el estilo son los principales motivos de compra del MINI Cabrio, es una gran elección. Particularmente, creo que es un modelo que merece la pena sin duda.

Para más información, aquí os dejo el catálogo de la gama Mini Cooper MY17.

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Nos vemos en mi siguiente prueba. Que será ya la tercera ¡Os espero!

Redacción y fotografías: Ernesto Blázquez Martín.
@mundomotorweb